Historia del entrenamiento (V). 1950 a 1970. La posguerra: entre lo natural y lo científico

En los años posteriores al conflicto bélico, la emergencia y difusión del entrenamiento por intervalos en un contexto dominado por el fartlek sueco, produce una polarización entre quienes preferían o apoyaban los métodos más naturales o espontáneos y los que se inclinaban por los más científicos. Mientras que los países del este adoptaron sin discusión alguna los métodos de Reindell y Gerschler, países como Francia se mantuvieron fieles a las prácticas «naturales» originadas en Suecia.

Pirie Reiff MimounEn esa época, las críticas el entrenamiento por intervalos se basaban en los siguientes aspectos:

  • La dureza del esfuerzo agota a los corredores.
  • La monotonía de los mismos no favorece la motivación.
  • La rigidez y el carácter restrictivo del enfoque, basado únicamente en la fisiología cardíaca, va contra la idea de tener en cuenta la totalidad del atleta, sus capacidades de compensación y adaptación. En otras palabras, un entrenamiento basado exclusivamente en intervalos produciría atletas con grandes fluctuaciones en su estado y forma física y con incapacidad de cambiar de velocidad durante la carrera.

En la otra tribuna, los defensores del entrenamiento por intervalos reprochaban lo siguiente al esquema sueco:

  • Hace que el corredor no haga sino lo que le place. Como consecuencia, no lo incentiva a superarse.
  • El atleta no incorporara la capacidad de correr a una velocidad constante.
  • No permite controlar los logros del entrenamiento.

A esta guerra de expertos se agrega por esos días un nuevo procedimiento que, sin ser realmente novedoso, volvió a la moda en los años 50 y se propagó en algunos países durante los años 60 y 70.

Referencias bibliográficas:

Hegedüs, J. (1988): La ciencia del entrenamiento deportivo. Buenos Aires, Editorial Stadium.

Volodalen.com: l’entraînement à la course à pied (2013). Recuperado de http://www.volodalen.com/