Para Cerutty, la grandeza del hombre radicaba en superarse a sí mismo, en el diálogo incesante con el sufrimiento. Esta superación debía ser vivida por el atleta con sus actos y con sus pensamientos. “Stotan” era su palabra clave o identificatoria (unión de estoico y espartano en inglés). El entrenamiento debía endurecer tanto el cuerpo como el alma. Sólo sobre esta sólida base podían construirse grandes perfomances.
Aunque Cerutty se decía cultor de la escuela natural sueca, su sistema de entrenamiento integraba propuestas variadas:
- Un reforzamiento de todo el cuerpo gracias a carreras en colinas así como a la utilización de musculación con cargas adicionales pesadas. Esto hasta tres veces por semana. Según Cerutty, un corredor debería poder levantar hasta 3 o 4 veces su propio peso.
- Subida y bajada de colinas.
- Fondos extensos en terreno variado (arena, pasto, colinas) realizadas a velocidad constante o en ocasiones variable (circuito marcado).
- Ejercicios de velocidad y entrenamiento por intervalos realizados en la naturaleza o en pista.
Opuesto al modo de vida creado por las sociedades modernas, presentándose como unido a la naturaleza, Cerutty se inspira en ella. Para construir su método de entrenamiento estudia los de los campeones así como la vida de los animales, especialmente en lo referente a estilo de carrera. Adepto al movimiento económico creía poder obtenerlo aumentando lo suficiente la fuerza de los miembros inferiores de manera de permitir un aumento de la amplitud de zancada sin pérdida de frecuencia. Los brazos debían llevarse bajos, las manos desarrollando un movimiento hacia atrás y hacia abajo. Al mismo tiempo, la espalda debía permanecer erguida con el fin de favorecer la respiración. Según Cerutty, el defecto más común en los corredores a pie consistía en bloquear los codos o a inmovilizarlos.
En Portsea, donde se encontraba su «cuartel general» (sur de Melbourne), el año se organizaba en tres fases:
- 6 meses de puesta en condición física adecuada.
- 3 meses de preparación.
- 3 meses de competición.
El pasaje de la puesta en condición a la preparación se hacía por una disminución de la importancia puesta en las sesiones largas, un aumento severo del número se sesione con intervalos (de 200 a 1.000 metros) y por un lugar preponderante para la musculación pesada.
Si la mayoría del trabajo se realizaba en la naturaleza, una sesión semanal debía realizarse en pista.
El conjunto resultaba de una dificultad extrema. Los atletas de Cerutty podían terminar corriendo 90 kilómetros y realizar varias series de musculación en el espacio de tres días.
Al mismo tiempo despreciativo, tiránico e implacable, atraído por los honores, Percy Cerruty debe su gloria a corredores como John Landy y sobre todo Peter Elliott. Este último se retiró a los 22 años, jamás vencido en una carrera, campeón olímpico de 1.500m, poseedor del récord del mundo de 1.500 m y de la milla. Elliott declararía más tarde que la dureza del entrenamiento tuvo alguna relación con su decisión de abandonar tan a edad tan temprana la carrera a pie.
Al mismo tiempo y casi en el mismo lugar, trabajaba otro entrenador con métodos muy diferentes. Se trataba de Stampf.
Referencias bibliográficas:
Hegedüs, J. (1988): La ciencia del entrenamiento deportivo. Buenos Aires, Editorial Stadium.
Volodalen.com: l’entraînement à la course à pied (2013). Recuperado de http://www.volodalen.com/